El pueblo de Muslyumovo, en la Siberia rusa, a unos mil novecientos kilómetros al este de Moscú es, casi oficialmente, el culo del mundo. Dicho esto con todo el respeto a sus cerca de 4.000 habitantes. No lo digo yo, lo dice el Worldwatch Institute, que lo califica como “el lugar más contaminado del mundo”.
En un planeta cada día más sucio, el galardón no es moco de pavo. La isla de basura del Pacífico (también llamada sopa de plástico), por ejemplo, está ahí disputándole el sitio. Esto último al menos aparece de vez en cuando en el informativo; Muslyumovo ni eso. Una esquina olvidada del mundo donde la radioactividad mata a la chita callando.
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