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Muslyumovo, el Chernóbil silencioso

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El pueblo de Muslyumovo, en la Siberia rusa, a unos mil novecientos kilómetros al este de Moscú es, casi oficialmente, el culo del mundo. Dicho esto con todo el respeto a sus cerca de 4.000 habitantes. No lo digo yo, lo dice el Worldwatch Institute, que lo califica comoel lugar más contaminado del mundo”. 

En un planeta cada día más sucio, el galardón no es moco de pavo.  La isla de basura del Pacífico (también llamada sopa de plástico), por ejemplo, está ahí disputándole el sitio. Esto último al menos aparece de vez en cuando en el informativo; Muslyumovo ni eso. Una esquina olvidada del mundo donde la radioactividad mata a la chita callando. 
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Lidia Litviak, la rosa blanca de Stalingrado

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Lidia Litviak quiso volar desde que tuvo uso de razón, era su pasión. Pero nació en un tiempo y un lugar que, como a todo el mundo, le impuso sus reglas. Y Lidia voló, pero por encima de una ciudad remota a orillas del Volga, donde entre agosto de 1942 y febrero de 1943, millones de personas (Rattenkrieg, “guerra de ratas”, le llamaron los alemanes) se dedicaron con todo su empeño a matarse con fiereza. Y se les dio bien, muy bien.

Las estimaciones más conservadoras superan con creces el millón de muertos, entre civiles y militares. La ciudad bautizada por aquel entonces con el nombre de Stalin, hoy Volgogrado, ostenta el honor de ser escenario de la batalla más sangrienta de la historia.

Todo ese horror dejó, como pasa siempre, algunos héroes famosos entre los vencedores, como Chuikov o Záitsev, al que le hicieron una película con Jude Law. Todos hombres. A Lidia creo que no le han hecho todavía una película, pero ella también fue una heroína.  Lidia “Lily” Litviak  pasó a la historia como La Rosa Blanca de Stalingrado.

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Cuando Estados Unidos invadió Rusia

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Los planes militares no siempre salen bien, pero si además ni siquiera existen el asunto está condenado a salir mal. Desconozco si el 20 de agosto de 1918, recién desembarcado en Vladivostok, el general William Sidney Graves pensaba que acababa de entrar en la historia.

Lo que sí sabía es que acababa de desembarcar al mando de los regimientos 27 y 31 de infantería de los Estados Unidos, con unos 9.000 hombres en total, o sea, con una mano delante y otra detrás si el objetivo es nada menos que invadir Rusia.

Porque tenía que invadir Rusia pero sin que se notase mucho.

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