En 1975 a Martin Seligman se le ocurrió dar una serie de descargas eléctricas a unos perros para ver cómo reaccionaban. No era un psicópata con mucho tiempo libre, sino un psicólogo realizando un experimento serio. Claro que eso se lo deberíamos contar a los perros. El resultado fue la Teoría de la Indefensión Aprendida (learned helplessness) y su relación con la depresión.
El experimento consistía en colocar a unos perros en unos habitáculos donde se les propinaban descargas eléctricas, sin ningún tipo de patrón o justificación. Al primero se le daba la oportunidad de parar la descarga impulsando con su hocico una palanca, al segundo no se le daba ninguna posibilidad de detenerla. Después se les pasaba a otros habitáculos, donde se les volvía a infringir descargas eléctricas. La diferencia es que de estas podrían librarse fácilmente, solo tenían que saltar una pequeña valla para salir de allí. El primero de los perros lo hacía a la primera, sin problemas. El segundo no se movía, simplemente soportaba la descarga resignado. Había aprendido a estar indefenso y se resignaba a su suerte. Seguir leyendo Aprender a defenderse